Ah, no hay nada como la alegría de sumergirse en una piscina fresca y refrescante en un caluroso día de verano. Pero, ¿qué pasa si el agua de tu piscina está más caliente que tu ducha? ¿O peor aún, más fría que un baño de hielo? Saltar a una piscina puede ser emocionante o doloroso, y todo depende de la temperatura del agua. No solo afecta cuánto disfrutas tu nado, sino que también juega un papel importante en tu seguridad y salud. Cada quien puede tener su propia opinión sobre la mejor temperatura para la piscina, pero sigue siendo un tema que vale la pena discutir. Esta guía analizará en profundidad cuál es la temperatura perfecta para la piscina y cómo monitorearla y mantenerla.
¿Por qué importa la temperatura de la piscina?
La temperatura de la piscina afecta más que solo la comodidad. También puede influir en tu salud. Aquí está por qué importa:
- Comodidad: Obviamente, una temperatura cómoda en la piscina te anima a nadar más tiempo. Si el agua está demasiado fría (por debajo de 75°F/24°C), probablemente saldrás rápido, mientras que el agua demasiado caliente (por encima de 90°F/32°C) puede hacerte sentir somnoliento o congestionado.
- Seguridad: El agua extremadamente fría puede causar hipotermia, una condición peligrosa donde tu cuerpo pierde calor más rápido de lo que puede generarlo. Aunque menos dramático, el agua excesivamente caliente también puede ser problemática, potencialmente causando deshidratación o sobrecalentamiento.
- Salud: Diferentes actividades requieren diferentes temperaturas. El ejercicio vigoroso a menudo requiere temperaturas más frescas para evitar el sobrecalentamiento, pero demasiado frío puede aumentar el riesgo de calambres. El descanso tranquilo o relajar los músculos se disfruta mejor en agua tibia.
- Costos de energía: Calentar una piscina consume energía. Conocer el rango ideal y encontrar el equilibrio adecuado puede ahorrar dinero y reducir el impacto ambiental.
¿Cuál es la temperatura perfecta para la piscina?
Según la U.S. Masters Swimming, el rango ideal de temperatura para la mayoría de los nadadores es de 78-86°F (25.5–30°C). Sin embargo, lo que se siente “perfecto” es subjetivo y depende en gran medida de la preferencia personal y el clima local. Por ejemplo, los niños pequeños y los adultos mayores suelen preferir temperaturas más cálidas, alrededor de 84-94°F (29–34.5°C), mientras que los nadadores competitivos podrían preferirla más fresca, alrededor de 77°F (25°C).
En última instancia, la mejor temperatura para la piscina es aquella con la que TÚ te sientas más cómodo. Así que puedes probar diferentes temperaturas dentro de este rango para ver cuál funciona mejor para tu comodidad y actividades.

Temperatura ideal de la piscina para actividades específicas
Existen temperaturas ideales específicas para diferentes actividades más allá de la mejor general, y puedes elegir la adecuada para tus necesidades:
- Nado competitivo o entrenamiento: 77-82°F (25–28°C). Este es también el estándar para piscinas olímpicas. Hacer ejercicio en el agua aumenta tu ritmo cardíaco, y el agua más fresca ayuda a regular la temperatura corporal, previniendo el sobrecalentamiento y la posible fatiga por calor.
- Nado recreativo o diversión familiar: 78–84°F (26–29°C). Este rango de temperatura equilibra la mayoría de los grupos de edad y mantiene a todos cómodos por períodos más largos sin temblores ni incomodidad.
- Relajación y curación: 88–92°F (31–33°C). El agua tibia ayuda a relajar los músculos, aliviar el dolor y mejorar la circulación, lo cual es especialmente beneficioso para quienes tienen artritis, fibromialgia u otras condiciones musculoesqueléticas.
- Bebés y niños pequeños: 86–90°F (30–32°C). Los bebés y niños pequeños son más sensibles a las fluctuaciones de temperatura, por lo que se necesita agua ligeramente tibia para mantenerlos cómodos y evitar que se enfríen.
¿Cómo monitorear la temperatura de la piscina?
Podrías pensar que puedes medir la temperatura de tu piscina con un termómetro infrarrojo o un termómetro digital para piscinas, ¡pero hay un nuevo jugador en la ciudad! Un termómetro inalámbrico para piscina es una alternativa conveniente y asequible. Este sensor inteligente permanece en el agua, rastreando continuamente la temperatura y proporcionando actualizaciones en tiempo real a tu teléfono o receptor vía Wi-Fi, Bluetooth u otras tecnologías inalámbricas, para que puedas conocer la temperatura de tu piscina remotamente desde la comodidad de tu hogar.
Toma el INKBIRD IBS-P03R, por ejemplo. El kit incluye un termómetro para piscina y un receptor interior que puede conectarse desde hasta 980 pies / 300 metros de distancia, para que puedas ver fácilmente la temperatura de tu piscina tanto en el receptor como en la aplicación INKBIRD. Además, el sensor en sí es impermeable IP68, duradero y alimentado por energía solar.

¿Cómo mantener una temperatura cómoda en la piscina?
Ahora que sabes la temperatura ideal para la piscina y cómo monitorearla, es hora de mantener tu piscina dentro de un rango de temperatura cómodo.
Si está demasiado fría
Aquí hay varias maneras, desde económicas hasta inversiones más significativas, para aumentar la temperatura de tu piscina:
- Mantas o cubiertas solares: Absorben la energía solar y atrapan el calor dentro de tu piscina, minimizando la evaporación. ¿Lo mejor? Son relativamente baratas, fáciles de instalar y pueden aumentar la temperatura unos grados.
- Cubiertas solares líquidas: Estos líquidos inofensivos forman una capa delgada e invisible en la superficie del agua, reduciendo la evaporación y la pérdida de calor. Pero deben reaplicarse después de lluvias intensas o retro-lavados.
- Calentadores: Las opciones disponibles incluyen calentadores solares, de gas/propano y bombas de calor puntuales. Todos ellos aumentan la temperatura al hacer circular agua calentada a través de la piscina. Tu elección dependerá de tu presupuesto y clima local.
Si está demasiado caliente
Esta situación es menos común y mucho más fácil de manejar. Puedes bajar la temperatura de tu piscina mediante:
- Nadar de noche: Esta es la opción más económica ya que el agua se enfría después del atardecer.
- Agregar agua nueva: Considera reemplazar parte del agua más caliente con agua fría fresca del grifo, ya que el sol tiende a calentar la piscina.
- Agregar sombras: Instala sombras como velas, parasoles o incluso árboles alrededor de la piscina para bloquear la luz solar directa y reducir la absorción de calor.
- Instalar sistemas de enfriamiento para piscinas: Estos dispositivos complejos, costosos pero efectivos probablemente sean más adecuados para instalaciones profesionales de natación.
